miércoles, 22 de mayo de 2013
Pachamama madre tierra
La tierra parió asesinos
despiadados progresistas
mercenarios de la desidia
monigotes autómatas
marricidas genocidas
que venden hasta el aire que respiran
La madre de toda vida
recibe puñaladas asesinas
día tras día
Pachamama pisoteada
vendida y despojada
Los hijos de la tierra
lloran lágrimas secas
aprisionadas en esquemas
en prólogos eternos
y estructuras añejas
Mientras la Madre se regala
se remata y se desangra
Clama con rugidos originarios
buscando huesos
de guerreros olvidados
que empuñen la tierra
sangre y piedra
para defender la vida que se escurre
entre mineras
agrotóxicos
pasteras
fracking
y mercenarios de traje y corbata
que con falacia perseveran
extrangulando la Tierra
que en sus exalaciones finales
evapora brotes nuevos
que abortan primaveras enteras
Mi rabia pasiva
atada al sillón
cómplice y testigo
de la conciencia
acribillada de razones
que se abraza al miedo
sepulturero
de tantas revoluciones
Madre hermosa
perfumada de olores
de tierra mojada
te van matando
te vas muriendo
y en tu agonía
agonizan mis hijos
carentes de tu pecho nutriente
y de tu abrigo.
Sobre radicalismos
Avalanchas de episodios repetitivos
se amotinan en las fronteras
utópicas de cerebelos
frígidos de esperas eternas.
Bienaventuranzas de libros retrógrados
ataron los pocos lóbulos
de rebeldía neonata
abortada en asambleas de flores disecadas.
La impotencia dejó de ser arma blanca
ensangrentada de injustos
para pasar a ser mordaza de escarcha
que anuda la garganta
y nubla los ojos.
Y a los costados de la rabia
crecen cardos
dispuestos a encapotar los caminos
cubiertos de miedos esquivos.
Para que los pocos radicales inadaptados
que se atrevan a retar el invierno
se desangren
féretros trofeos
del escándalo de ser insurrecto.
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